El suelo es tu capital, puede producir en cantidad y asegurarte unos buenos rendimientos durante muchos años. Sin embargo, hay algunas condiciones ineludibles que hay que cumplir para que esto siga siendo una realidad constante.
Entre dichas condiciones, evitar la compactación del suelo es sin duda una de las principales y más difíciles de cumplir, especialmente durante la época de la cosecha. Durante todo el año has estado trabajando a baja presión, adaptando tu trabajo, con una preparación ligera del suelo, un control perfecto durante la siembra, o la pulverización, y en el momento de la cosecha atacas la parcela con una cosechadora-segadora que pesa entre 25 y 40 toneladas con los neumáticos inflados a 4 bares y con la idea de conseguir un récord de velocidad.
En la época de la cosecha, es natural querer realizar una cosecha rápida y eficiente. Esto implica movilizar las cosechadoras más potentes para trabajar con grandes anchuras de terreno. Lamentablemente, se trata también de las máquinas más pesadas, con un peso de hasta 40 toneladas, o incluso mucho más según el modelo.
Ahora bien, la primera pasada de una máquina agrícola por una parcela es responsable del 50-85% de la compresión del suelo bajo los neumáticos, dependiendo de la tasa de humedad y de la naturaleza del suelo. El hecho de circular frecuentemente sobre la misma zona, especialmente con equipos pesados como remolques cargados al completo, incrementa el fenómeno de la compactación del suelo en un 5-10% por cada pasada adicional sobre la misma zona. Por lo tanto, cuantos más vehículos pesados haya en la parcela, más aumentará la compactación global.
Las consecuencias directas de una compactación excesiva del suelo debido a tus neumáticos agrícolas son las siguientes:
Una compactación excesiva acentúa la erosión al canalizar el agua que se escurre por la superficie, en lugar de infiltrarse dentro del suelo. En efecto, tenderá a limitar el riego uniforme de la parcela y a reducir el almacenamiento del agua en profundidad. Ahora bien, tus cultivos necesitan absolutamente esta agua de reserva para la temporada de sequía.
Un suelo demasiado compacto reduce la eficacia de los insumos y penaliza el desarrollo de los cultivos. En efecto, la compactación impide la circulación del agua en el suelo, lo que provoca una elevada lixiviación de los insumos o de los tratamientos fitosanitarios en la superficie.
La compactación del suelo bloquea el desarrollo de las raíces, lo que inevitablemente repercute en la calidad de los cultivos, el trigo y el maíz por supuesto, pero sobre todo los tubérculos (remolacha, zanahorias, patatas, mandioca, etc.), puesto que la parte que se cosecha es la raíz. A veces, un suelo demasiado compacto da productos irregulares o deformes que, por lo tanto, tienen menos valor en el mercado y se venden a precios rebajados.
Es cierto que las consecuencias de una compactación excesiva no son visibles de inmediato, pero probablemente tendrán un impacto negativo en tu producción a lo largo del tiempo. La bajada de rendimiento es algo seguro a largo plazo y puede alcanzar el 20%, o incluso más en algunos cultivos.
Existen soluciones sencillas para proteger el suelo durante las labores de cosecha. Como, por ejemplo, gestionar los trayectos de la maquinaria en tus parcelas para reducir el riesgo de compactación. Para ello, la solución más fácil consiste en limitar la circulación de los demás vehículos en la parcela durante la cosecha (tractores, remolques, camiones, etc.).
Esta última opción permite evitar circular con los volquetes llenos, reduciendo así el riesgo de compactación del suelo, dado que estos volquetes tienen altas presiones de hasta 3,2 bares, e incluso hasta más de 4 bares para los más pesados.
Por supuesto, vaciar el depósito de grano más a menudo representa una pérdida de tiempo, pero si la protección del suelo es importante para ti, trabajar con la máxima carga no es la solución. Además, esta pérdida de tiempo durante la cosecha se compensará en gran medida durante la recuperación del terreno (evita o elimina las pasadas de un descompactador).
También tienes la opción de utilizar un transbordador agrícola en lugar de un remolque, que puede funcionar, por su parte, a 1,6 bares o a 1,8 bares. El tractor también puede estar a 1,6 bares, y pueden montarse neumáticos agrícolas más anchos en estas máquinas para aumentar la superficie de contacto con el suelo y repartir la presión en una zona más amplia, reduciendo así la compactación.
Además del peso elevado de tu cosechadora-segadora, hay otros fenómenos que aumentan la compactación del suelo, como por ejemplo:
El hecho de adoptar una circulación inteligente en el campo es positivo, pero no siempre es suficiente para preservar el suelo durante la cosecha. Otra opción consiste en reducir la carga por eje de tu maquinaria agrícola para evitar la excesiva compactación del suelo.
Recordemos que la compactación del suelo es una combinación de dos factores:
La carga tiene un impacto significativo en la compactación.
A modo de ejemplo, y según la naturaleza del suelo, la compactación puede alcanzar una profundidad de 30 cm para una carga por eje de unas 4 toneladas, alcanzar 50 cm con un peso de 10 toneladas, incluso 60 cm o más para un peso de más de 15 toneladas.
Con la evolución de la productividad, asistimos al desarrollo de máquinas cada vez más potentes, más eficaces, pero también más pesadas. Cuanto más pesadas sean las cargas, mayor deberá ser la presión de los neumáticos para soportar el peso de la máquina. Lamentablemente, el efecto acumulado de una máquina pesada con una presión elevada será la situación más perjudicial para tu suelo.
Si decides cargar menos el depósito de grano, puede tener sentido bajar a 2,4 bares o a 2 bares. Entonces, es importante tener en cuenta las pendientes y la inclinación del terreno a la hora de calcular la transferencia de cargas.
Con los neumáticos IF 900/60R32, por ejemplo, con una presión de 2,4 bares podrás alcanzar hasta 10.855 kg por cada neumático delantero.
Dependiendo de la configuración de tus parcelas o de la naturaleza del suelo, ganar 1 bar de presión tiene un impacto significativo en el suelo, y pasar de 3,4 bares a 2,4 bares si mantienes tu carga real globalmente baja, es una buena opción para preservar el suelo a largo plazo.
No dudes en bajar la presión, en lugar de aplicar una presión elevada por costumbre. Comprueba tu carga real por eje, gestiona el reparto de la carga y ajusta la presión en consecuencia.
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