Tu tractor es potente, por lo tanto, has optado por trabajar con aperos más grandes y pesados, ya que parece evidente que el trabajo será más rápido y se reducirá el número de rotaciones en la parcela.
Sin embargo, este razonamiento no es completo. Para garantizar un verdadero plus de productividad, hay que tener en cuenta la capacidad de los neumáticos, ya que la sobrecarga de los mismos puede tener consecuencias en la productividad y en tu potencial ahorro.
En efecto, unos neumáticos muy cargados requieren que se suba la presión para compensar el aplastamiento causado por el peso de los aperos. Lamentablemente, una presión alta significa que el neumático se hunde más en el suelo, la resistencia a la rodadura aumenta a expensas de la tracción, los neumáticos tienden a patinar, haciéndote perder tiempo y este exceso de patinamiento los desgastará prematuramente.
La sobrecarga es uno de los factores que más favorecen el deterioro prematuro de los neumáticos agrícolas. Si transportas cargas o aperos demasiado pesados, en comparación con el índice de carga recomendado por el fabricante, corres el riesgo de desgastar tus neumáticos rápidamente o incluso provocar una avería que requeriría su sustitución.
Por lo tanto, es importante comprobar regularmente la carga de tu tractor para proteger tus neumáticos.
Cada modelo de neumático agrícola tiene su propio índice de carga. Aparece inscrito en el flanco del neumático únicamente para indicar a los usuarios la capacidad de carga máxima que puede soportar a una velocidad determinada (el índice de velocidad va asociado con el índice de carga, por ejemplo A8 para 40 km/h, o D para 65 km/h), con una presión de inflado de referencia de 1,6 bares en general.
Se compone de una cifra seguida de una letra, la letra se refiere al índice de velocidad máxima. Por ejemplo, el marcado 171 A8 corresponde a una carga máxima de 6.150 kg, sin superar los 40 km/h.
Por supuesto, no es fácil conocer la equivalencia exacta de estas cifras, es por eso que los fabricantes proporcionan una tabla de equivalencia de los índices de carga, para permitir orientarnos fácilmente.
Uno de los errores que hay que evitar cuando tu tractor esté sobrecargado es ignorar la distribución del peso sobre tus neumáticos agrícolas. En efecto, dicha distribución condiciona
Cuando trabajas con aperos pesados, el tren trasero soporta la mayor parte de la transmisión de carga, lo que desestabilizará todo el conjunto vehículo-apero.
Por lo tanto, esto dificultará la dirección de tu tractor a causa del puente delantero que tiende a levantarse y de la dirección que tendrá dificultades para responder, especialmente en condiciones de humedad.
La sobrecarga en la parte trasera también provocará el patinamiento de los neumáticos traseros, lo que favorece aún más la compactación del suelo y el desgaste prematuro de los neumáticos.
Para un tractor con cuatro ruedas motrices, se recomienda distribuir las cargas entre el 60 y el 65% en el tren trasero y entre el 35 y el 40% en el tren delantero.
Al conseguir esta distribución, mejorarás la capacidad de tracción de tu máquina añadiendo un apero en la parte delantera o lastrando con contrapesos metálicos, pero teniendo cuidado de no sobrecargar todo el conjunto de vehículo-apero, ya que podría incrementar el consumo de combustible.
Utilizar un ajuste de presión medio o aproximado, como en el caso de tu coche, si circulas sin carga y conduces despacio, tendrá muy poco efecto en el estado de tus neumáticos.
Sin embargo, el ajuste de una presión media establecida de una vez por todas es un gran error en el caso de los neumáticos agrícolas, ya que el peso de tus aperos añade varios miles de kilos extra a tus neumáticos traseros.
Además, la transmisión de la carga puede duplicarse entre la carretera, con el apero levantado, y el campo, con el apero bajado. Estas diferencias de amplitud en la carga no tienen nada que ver con lo que pueden soportar los neumáticos de tu coche.
A pesar de su robustez, tus neumáticos agrícolas, como todos los neumáticos, compensan la carga mediante la presión de aire interna.
Recurrir al lastrado suele ser necesario para garantizar una buena distribución de la carga en el conjunto vehículo-apero y evitar un patinamiento excesivo.
Sin embargo, si utilizas aperos pesados o de gran tamaño que están al límite de la capacidad de tu tractor, generarás un problema de sobrecarga global al añadir contrapesos adicionales para el equilibrio delantero/trasero.
Esta sobrecarga general de tu conjunto vehículo-apero te obligará a aumentar la presión para evitar el aplastamiento de tus neumáticos, lo que inevitablemente provocará un incremento del patinamiento, traduciéndose por un rápido desgaste, un consumo excesivo y la compactación del suelo y, por lo tanto, el deterioro de tus rendimientos en el tiempo.
Lastrar con agua los neumáticos de tu tractor es una opción económica si trabajas en el campo todos los días pero, normalmente, el uso de la máquina no se limita al campo y para ahorrar tiempo tendemos a dejar el agua en los neumáticos durante toda la temporada.
El peso muerto permanente provocado por esta masa de agua se nota sobre todo en el consumo de combustible. Además de esta pérdida económica, hay que contar con una influencia negativa en la flexión del neumático y en la maniobrabilidad.
El lastre con agua puede causar un efecto de péndulo, que puede desequilibrar todo el conjunto de vehículo-apero si conducimos a gran velocidad.
Los neumáticos agrícolas convencionales están diseñados con materiales menos robustos y menos eficientes que los neumáticos tecnológicos.
Esto significa que pueden no ser capaces de soportar todos los esfuerzos y tensiones que conlleva tu actividad o el peso de tus aperos. Para evitar que los neumáticos se deterioren rápidamente, hay que reducir la velocidad, evitar el uso de demasiado lastre, evitar el uso de aperos pesados si es posible, y ajustar la presión de los neumáticos muy regularmente en función de la carga y al pasar de un suelo a otro.
Los neumáticos con tecnología IF (Improved Flexion) y VF (Very high Flexion) se caracterizan por una mayor capacidad de flexión de los flancos, gracias a materiales específicos más robustos, lo que les permite soportar una mayor carga que los neumáticos convencionales.
La vida útil de tus neumáticos agrícolas está estrechamente vinculada a los ajustes de presión en función de la carga transportada. Lamentablemente, por falta de tiempo o por falta de vigilancia, a menudo los ajustes de presión se descuidan.
Para evitar la compactación del suelo, la presión suele reducirse en el campo cuando el apero trasero está en el suelo, sin embargo la sobrecarga suele producirse cuando se conduce por carretera con el apero trasero levantado, lo que duplica la transferencia de carga sobre el tren trasero. Si no se ajusta la presión en cada cambio de suelo, los neumáticos se desgastarán muy rápidamente.
Si, por el contrario, has ajustado la presión para compensar la carga en carretera, al entrar en el campo tus neumáticos están sobreinflados, compactarás el suelo, patinarás y desgastarás la goma rápidamente.
Cada modelo de neumático tiene un índice de velocidad en el flanco. Esta información siempre va asociada al índice de carga, como en el ejemplo anterior: «171 A8». Para una carga de 6.150 kg hay que respetar la velocidad A8, es decir, 40 km/h
Estos dos índices se combinan siempre porque cuanto más aumenta el peso del tractor, más aumenta la deformación que sufre el neumático.
Si conduces con sobrecarga a alta velocidad por carretera, el neumático sufrirá una deflexión excesiva a nivel del suelo. Debido a la velocidad, el neumático no tendrá tiempo de recuperar completamente su forma inicial después de una vuelta de rueda, lo que aumentará aún más la deformación, provocando un calentamiento extremo de sus componentes, lo cual puede producir hasta la rotura de la carcasa en una larga distancia. Conducir en estas condiciones aumenta el riesgo de accidente.
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